Construimos día a día una educación personalizada, centrada en cada uno de los niños, en sus intereses y capacidades, en su particular manera de aprender, en su derecho a dejar su huella única en el mundo.

Respondemos a las necesidades particulares de los alumnos a través de diferentes metodologías de aprendizaje, y damos preferencia a aquellas que proponen la colaboración entre los niños y la implicación activa de los alumnos en su propio aprendizaje.

Fundamentamos nuestra acción docente en la pedagogía de la confianza, y creamos ambientes donde los niños se sientan seguros y felices. Valoramos los logros de cada uno de ellos y les animamos a seguir avanzando.

Trabajamos para que los niños sean capaces de reconocer y expresar de forma adecuada sus propias emociones y las de los demás en un camino hacia el autoconocimiento, la empatía y la compasión.

Hablamos a los niños de Jesús y de nuestra madre, la Virgen María. Les enseñamos las oraciones más frecuentes del cristiano. Proponemos, de palabra y de obra, ejemplos de vida basados en el Evangelio.

Abrimos el colegio a las familias. Queremos que los padres estén presentes en todas las ocasiones que se prestan para compartir con sus hijos momentos felices de aprendizaje.

Consideramos que la lectura y la escritura son los medios insustituibles para fortalecer los procesos de aprendizaje y mejorar las competencias comunicativas durante toda nuestra vida.

Apostamos por un aprendizaje activo de las lenguas, integrándolo en las rutinas diarias, en los juegos y en el desarrollo de las actividades del colegio.

Aplicamos las nuevas tecnologías de la comunicación e información para mejorar los procesos de aprendizaje y la adquisición de hábitos y actitudes creativas con vistas al futuro.

Tenemos un cuidado programa de psicomotricidad como medio para que el niño controle su cuerpo, organice mejor su mente y desarrolle la creatividad y la imaginación.